viernes, 8 de marzo de 2013

Fin del módulo 1 y reflexión sobre la lectura obligatoria

¿Qué me ha aportado este módulo?
Un primer acercamiento a lo que significa ser profesor de lenguas extranjeras, qué es necesario conocer para poder ser un buen profesional de la educación. 
La experiencia como alumno puede ser de gran utilidad a la hora de ser profesor, podemos extraer lo mejor de cada profesor que hayamos tenido y aplicarlo según nuestra personalidad. Pero la mejora profesional debe ir acompañada de una reflexión profunda sobre nuestra propia práctica, pues sin ella estaremos cometiendo los mismos errores una y otra vez.


¿Qué he aprendido?

A elaborar un portfolio en formato blog, lo cual resulta muy útil para poder compartir inquietudes con otros profesionales. Además el protfolio permite diversidad de diseños lo que hace que lo podamos elaborar según nuestras propias preferencias, siempre y cuando sea una herramienta para nuestra labor.
También me ha llamado la atención cómo ha ido variando la forma en la que se aprendían las lenguas extranjeras antiguamente y cómo se hace ahora. Esa visión hace que podamos observar su evolución desde los métodos más tradicionales hasta los más modernos y darnos cuenta de los errores metodológicos que se cometían. Es una evolución de la educación en toda regla.


¿Qué dudas tengo? ¿Qué preguntas me formulo? 

Mis dudas están más encaminadas hacia cómo hacer para que mis alumnos aprendan de una forma progresiva, pero es temprano como para poder responder a esta cuestión. Sin embargo, me surgen preguntas que a continuación expongo:


¿Hoy día los profesores de ELE repartidos por todo el mundo son conscientes de la necesidad de la reflexión después de la práctica? ¿Qué porcentaje sigue realmente estas pautas?



¿Somos conscientes realmente de la responsabilidad que tenemos a la hora de impartir clases de ELE?



¿Es consciente la sociedad de lo difícil que resulta ser un buen profesional de la educación?



Tres puntos fuertes de la tabla de competencia docente:

1. Conocimiento sobre la cultura y la sociedad hispánica: a pesar de que no soy un firme conocedor de toda las variedades culturales, pues  son realmente extensas, si que conozco lo suficiente como para dar una idea general de cómo somos los hispanos y así terminar con mitos y opiniones enraizadas en el subconsciente colectivo.


2. Habilidades docentes: al poseer más de cinco años de experiencia como profesor he conseguido un dominio mínimo en este área. La única forma de conseguir que nuestras habilidades docentes sigan creciendo son la práctica y la reflexión.



3. Actitudes hacia los alumnos: muy ligado al anterior, en estos años he conocido multitud de alumnos, cada uno con sus limitaciones y diferencias. Muchas veces pensamos en la clase ideal, pero a la hora de ejercer nuestra profesión nos damos de cruces con la realidad y vemos alumnos muy variados a los que hay que respetar, ayudar y dedicar una enseñanza muy individualizada.



Reflexión sobre la lectura obligatoria 1 (Qué es ser profesor de lenguas extranjeras de PÉREZ DE OBANOS ROMERO)

Al venir del mundo de la docencia (soy diplomado en magisterio) he tenido la oportunidad de leer varios artículos sobre qué es ser profesor; cómo debería ser su trabajo diario antes, durante y después de las clases; qué conocimientos, habilidades y actitudes ha de tener un buen profesor, etc.
Sin embargo, he de decir que esta lectura engloba muchos de estos temas con una clara idea de que se transfieran a la realidad, es decir, que no queden en el aire sino que el profesor pueda ponerlas en práctica. 

Me ha llamado poderosamente la atención el término facilitador para designar a los profesionales que trabajan en las tres dimensiones que el autor considera imprescindibles: conocimientos, habilidades y el plano reflexivo y psicológico-afectivo. Sin embargo, no podría estar más en desacuerdo con la afirmación de que el profesor no domina esta tercera dimensión, clave para comprender proceso de enseñanza-aprendizaje. Cierto es que es un tema del que las escuelas de magisterio no suelen ocuparse en demasía, pero cualquier profesor que se precie debe darle importancia a este aspecto afectivo. 

Más importante me ha parecido el mencionar que nuestra enseñanza se ha de basar en la teoría constructivista, pues para aquellos que no estén familiarizados con la didáctica pueden indagar y descubrir en qué se basa Pérez de Obanos para mencionarla.

También quiero destacar como el autor hace una especial mención no sólo a explicar el porqué de la reflexión, sino también a cómo llevarla a la práctica sin caer en errores diversos. Es en este punto donde el alumno, futuro profesor de ELE, ha de comprender los tres momentos claves de dicha reflexión: el antes de la clase, el durante y el después. Cada uno tiene una importancia vital para con el siguiente. Es aquí donde la lectura cobra su verdadero valor. 

Sobre la herramienta para llevar la reflexión a cabo el autor cita el portfolio, lo cual me parece muy acertado ya que es, a mi juicio, la más completa de cuales existen, aunque he echado de menos que se citasen otras para cada momento de la acción educativa, como plantillas, grabar las clases, tener a profesores para que las analicen, etc.

Valoración final: es una lectura muy recomendable pues pone el énfasis en  puntos de suma importancia y da una guía sobre como llevarlos a la práctica. El que el centro de la lectura sea la reflexión en sus tres momentos hace que el lector pueda comprender la importancia que tiene para que su práctica eduactiva evolucione. 


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